LA IGLESIA DE
HOY
Escribe MONSEÑOR DR. JOSÉ LUIS
KAUFMANN
Carta a los que critican
Estimados hermanos y hermanas.
El buen oficio de criticar consiste en juzgar
acerca de las cosas, fundándose en los principios de la ciencia o en la reglas
del arte. Pero hay una segunda acepción del verbo criticar que se refiere a:
"censurar, notar, vituperar las acciones o la conducta de los demás".
A éstos últimos, a las personas que son adictas a este vicio vergonzoso, quiero
dirigirme en estas líneas, porque si llegaran a reconocer el daño que hacen y
el desprestigio que van adquiriendo quizá comiencen un proceso de conversión.
Nadie está irremediablemente perdido, por grandes que sean sus delitos.
En relación a la necesaria benevolencia para juzgar
a los demás, Jesús es categórico: "No juzguen y no serán juzgados; no
condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. ¿Por qué miras la
paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el
tuyo?." (Lc. 6, 36-42).
Es cierto que aquellos que se complacen en hacer
resaltar los defectos del próximo, en realidad pretenden disimular los propios
o, quizá sin darse cuenta, están proyectando la propia suciedad sobre la vida
de los demás que posiblemente no esté tan sucia como la de ellos. Además, puede
resultar muy fácil despreciar lo que no se tiene; y por eso se critica, porque
se está vacío.
Criticar, murmurar, hablar mal de otros es un
delito que puede llegar a ser muy grave, sobre todo si daña la buena fama de
otros. A veces, la impiedad de los que critican llega a ser tan sofisticada que
también expresan alguna cosa negativa de alguien haciendo gestos, pronunciando
monosílabos o emitiendo aclamaciones, que provocan juicios temerarios en
quienes los ven o escuchan, dejando incoadas sospechas sobre las peores
posibilidades.
Pero, en realidad, todo depende del interior, del
corazón humano, y "lo que sale de la boca procede del corazón, y eso es lo
que mancha al hombre.
Del corazón proceden las malas intenciones, los
homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos
testimonios, las difamaciones. Estas son las cosas que hacen impuro al
hombre." (Mt 15, 18-20).
Los humanos somos imperfectos. Todos tenemos
defectos y todos cometemos pecados. Por eso Jesús también enseña: "El que
no tenga pecado, que arroje la primera piedra" (Jn 8, 7). No hay nadie en
el mundo, ninguna persona humana, que esté en condiciones de tirar la primera
piedra. Las personas que son propensas para criticar están identificadas, son
conocidas, sobre todo por ser flagrantes obstáculos para las buenas relaciones
humanas. Los más sanos huyen de ellas, aunque las buscan aquellos que quieren
enterarse del último chisme.
En lugar de entretenerse enhebrando defectos
ajenos, a veces agrandándolos y poniéndoles colores, sería mucho más provechoso
y equilibrado mirar, valorar y defender los valores y virtudes de los demás.
¡Que también los tienen!.
Hermanos y hermanas. Todavía quiero decirle algo
más. Los que critican no se quieren ni a ellos mismos, porque se entretienen
con los defectos ajenos mientras son ineptos para corregir los propios; y la
vida de los que no saben amar es una existencia cruel, digna de lástima.
¡Dios nos libre a todos de la perversidad de la
crítica maliciosa y nos dé su gracia para que aprendamos a ser virtuosos!.
Fuente Diario El Día, Revista del Domingo
ORACIÓN
SEÑOR:
Dame
un nuevo corazón
Un
corazón sin resentimientos.
Un
corazón sin susceptibilidades.
Un
corazón joven, capaz de olvidar
los
agravios verdaderos o falsos,,,
Dame
hoy un nuevo corazón
que
sepa tener esperanza
cuando
todos los demás la pierden.
Un
corazón amable para que sepa
sonreír
aún con lágrimas.
Dame
un corazón que no pierda
la
confianza en los hombres, aun
cuando
ellos fallen mil veces.
Un
corazón que sepa ser siempre
puro,
generoso y desinteresado
aunque
sienta el lastre del egoísmo
y el
mordisco del instinto.
Dame
Señor un corazón amable
y
optimista como el tuyo.
Un
corazón lleno de Paz,
de dulzura
y bondad.
Un
corazón que ame realmente
y
que no se canse de dar y pedir perdón.
Dame
Señor un corazón nuevo para
que
renueve mi ilusión y mi
espíritu
de caridad,
para
seguir sirviéndote
en
este mundo sediento de Amor
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario